miércoles, 4 de junio de 2008

Histeria: del griego Hyster, que significa útero...





Según el diccionario de la real academia "es un estado patológico en que la excitabilidad emocional es exagerada y se observa especialmente (no exclusivamente) en mujeres". Este estado es relacionado a la mujer porque hasta mediados del silo XX, la histeria femenina era un diagnóstico habitual de un amplio abanico de síntomas, que incluían desfallecimientos, insomia, retención de fluidos, pesadez abdominal, espasmos musculares, respiración entrecortada, irritabilidad, pérdida de apetito y “tendencia a causar problemas”.

Las pacientes diagnosticadas con histeria femenina debían recibir un tratamiento conocido como “masaje pélvico”-estimulación manual de los genitales de la mujer por el doctor hasta llegar al “paroxismo histérico”, lo que hoy se denomina orgasmo-.

Por eso hoy en día se sigue utilizando la famosa frase que sostiene que una mujer tiene esas actitudes " porque le hace falta un buen… pedazo de…bueno, sexo". Pero ya en el año 1890 la medicina aseguraba que la histeria no estaba asociada con un desorden fisiológico. Por esta época, el psicoanalista Sigmund Freud descubriría que los síntomas de los pacientes histéricos eran consecuencia de los efectos de ciertas vivencias traumáticas del pasado que no habían podido ser olvidadas; por eso es que esos síntomas histéricos desaparecían inmediata y definitivamente en cuanto el paciente hipnotizado recordaba ese evento y lo exteriorizaba". Estas descripciones pertenecen a los casos extremos de histerismo, sin embargo existe un rasgo más sutil de la histeria y se puede afirmar que afecta a todo el mundo. Freud relacionó a la histeria con el hombre pero su teoría fue fuertemente resistida por la sociedad machista de ese entonces.


Pero, a decir verdad: ¿Quién no conoció algún amigo al que le gustaba hablar fuerte para llamar la atención en la calle? Las escenas de celos en público son otro punto más del comportamiento histérico. Ellos nos provocan mirando a alguna mujer vestida sugestivamente y se ríen si nos ponemos celosas y le hacemos una escena. ¡Pero cuidado! si somos nosotras las que estamos vestidas así y nuestra pareja es del clan de histéricos, lo vamos a tener que escuchar. Los hombres también tienen esas reacciones histéricas inconcientes de las que nos acusan.

No lo pueden negar. Ellos también se ponen histéricos si los hacemos esperar en algún punto de encuentro, si nos tienen que bancar a que nos pintemos las uñas, si no atendemos el celular piensan cualquiera, seducen y juegan a seducir igual que nosotras. Las mujeres histéricas somos una especie conocida...pero los hombres histéricos una especie en expansión, así que cuidado!!!

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