viernes, 19 de septiembre de 2008

Crónica de una mujer en el baño


Estamos cansadas de que nos critiquen por ir al baño juntas! Y que adjudique este compañerismo desmedido a fenómenos inexplicables...como si orinar fuera para nosotras un deporte y no una necesidad fisiológica! O a preferencias sexuales no-comunes, como si una fuera a toquetearse en un baño público! Por esto, y para esclarecer la situación...queremos desnudar ese mundo desconocido para los hombres, ese terreno inexplorable y cuestionado que es el baño público para la mujer. Tere, ¿qué recordás de cuando eras chiquita y ya usabas inodoro?

Recuerdo perfectamente cuando empecé a ir al colegio, que mi mamá me enseñó una técnica de higiene para cuando usara el baño que no era de casa: primero tenía que limpiar la tabla del inodoro con papel higiénico y luego cubrirla con tiras de papel. Mi mamá me insisía: “NUNCA PERO NUNCA TE SIENTES EN UN BAÑO PÚBLICO” y ahí, graficaba LA posición! Una lección importantísima que nos iba a acompañar por el resto de la vida...Muchos hombres se preguntarán qué es la posición, y es porque ellos hacen pis de parado. La posición que nos enseñó mamá, es una especie de parabólica humana que concentra la fuerza en los músculos de las piernas: gemelos, cuadriceps, abductores contraídos para sostener al torso de la mujer que va a orinar sin apoyarse en la tabla. Cosa que es muy jodida cuando la vejiga está a punto de explotar!

Y es un martirio más que la mujer tiene que vivir: Cuando tenés que ir a un baño público te encontrás con una cola eterna siempre. Te resignás a esperar, y mientras te cruzas de piernas y brazos como apretando las ganas de hacer pis que te salen hasta de los ojos, charlás con alguna desconocida, una “nueva amiga del baño”, acerca de la cola, como si hablaran del clima. Cuando por fín te toca a vos, un hombre seguro pensaría que termina el calvario...pero no! Ahí comienza! Entrás y como el 98% de los baños públicos están en mal estado, el picaporte no funciona. En el apuro no hay lujos! Y como tampoco hay algún ganchito que haga las veces de perchero te colgás la cartera en la cabeza! El piso ya fue previamente inspeccionado y no da apoyar nada...está infectado de líquidos indefinidos. Mientras la cartera te empieza a ahorcar (autocrítica: porque está repleta de boludeces), con una mano, sostenés la puerta, y con la otra comenzás a bajarte, pollera, medias de nylon, bombacha.

Te ponés en LA posición y mientras tus muslos tiemblan sentís el alivio..por fin. Te encantaría sentarte, pero la verdad es que no tuviste tiempo de limpiar la tapa, ni cubrirla con papel...aunque el cansancio de toda esa incómoda pose te tienta pero no...NO NO NO DEBO. Ojo, esto no es improvisado, requiere concentración, porque un fallo de cálculo en las distancias de la posición puede generar una posible salpicada finiiiiiiiiiisima. Entonces buscás el rollo de papel higiénico pero obviamente NO HAY!!! Puteás un poco pero sabías que corrías ese riesgo entocnes buscás desesperadamente en tu cartera de dos ladrillos de peso un pañuelito descartable. Para buscarlo tenés que soltar la puerta, ya fue..no hay vuelta...y en cuanto la soltás alguien la empuja y sale tu grito malhumorado OCUPADOOOOOOOOOOOOO.

Lo encontraste y empezás a contar los segundos que te quedan ahí adentro, transpirando porque nunca te sacaste el abrigo ya que no había perchero y este cúbiculo tiene los mismos grados de calor que el probador (que ya lo hemos criticado).
Estás exhausta, te acomodás la ropa rapidísimo y tirás la cadena. Casi sin fuerza en las piernas te dirigís al lavatorio, que está todo mojado, asi que la cartera esta vez va al hombro y, mientras agarrás el jabón, adoptás una posición de jorobado de notre damme para que no se resbale y se moje! De más está decir que no había papel para secarse y tus piernas harán de toalla!

Salís y ves a tu chico que entró y salió del baño de hombres a la velocidad de la luz y hasta le quedó tiempo para leer Rayuela de Cortazar mientras te esperaba. ¿Qué pasó que tardaste tanto?, te pregunta el idiota! Te encantaría responderle irónicamente pero te limitás a un simple “había mucha cola”.
Y he aquí el por qué vamos en grupo al baño. Por solidaridad querido!!! Una te tiene el bolso, la otra te aguanta la puerta que no cierra, otra te pasa un pañuelito para que no lo busques...y así, una sola se concentra en la dignísima posición.

Eternamente distintos

¿Nunca te preguntaste por qué no nos entendemos entre hombres y mujeres? ¿Hablaremos un diferente idioma? O serán los prejuicios...claro, siempre el hombre es el sencillo y la mujer, la complicada, la histérica. ¿Pero por qué?



Vos te dás cuenta que está raro...involuntariamente surgen las palabras: ¿en qué pensás gordi? No te responde, pero vos podés percibir que sus sentimientos no son los mismos. ¡¡¡Algo pasa!!! Ahí arrancás a comerte la cabeza...le hablás, mientras está mirando la tele. Pensás que te escucha...desnudás todas tus emociones y miedos y él, cinco minutos después de que te callaste porque te diste cuenta que estabas hablando sola, te pregunta inocentemente: ¿me hablabas? Tu cabeza sigue funcionando...aumenta la furia....y empezás a recordar todas las situaciones en que te hizo lo mismo y los peores rencores más ocultos salen a flote.

Ahora sí, estás re caliente!!! Querés hablar ya! Tenés todo el speech pensado, aunque no estás segura de cómo termine la cuestión. Te le parás en frente, le sacudís la cabeza y te mira. Le planteás todo como un loro: en diez minutos le contaste desde el primer día hasta el último de relación con todos los defectos y cuando le toca responder...él va al grano! No expone diez minutos de argumentos!!!! “¿Querés que cortemos?”, pregunta, medio confundido. Claro...qué sencillo es ser ininputable!!! PERO POR QUEEEEEEEEE?!

Todo tiene una explicación. Está comprobado que, a pesar de que ser diferentes psicológicamente no implica una desigualdad, en algunos aspectos los sexos nos diferenciamos.
  • La mujer puede realizar más tareas intelectuales simultaneamente -Ej: leer el periodico y hablar por telefono- que el hombre (Cuerpo cayoso más denso)
  • El cerebro masculino está más capacitado para la concentración (menos tareas simultaneas) -Ej: al leer el perídico, disminuye la agudeza auditiva- (Cuerpo cayoso menos denso)
  • El cerebro femenino puede identificar emociones ajenas con más precisión.
  • Mejor capacidad espacial y de orientación en el hombre.
  • Mejor capacidad de la mujer para el lenguaje (Mayor densidad neuronal del hemisferio izquierdo: Uso de ambos hemisferios)
  • Mejor memoria en la mujer
  • Mujer: Resolución de problemas centrada en el proceso
  • Hombre: Resolución de problemas centrada en la meta


Sería utópico que hombres y mujeres tengamos las mismas reacciones, los mismos pensamientos. Si así fuera, las mujeres iríamos a hacer pis y no nos inhibiríamos por el ruido!!! Es más, haríamos pis en los árboles! Buenísimo! Y los hombres, cuando vos estás indispuesta, llorarían porque se contagian de sensibilidad! Quizás, si identificamos nuestras limitaciones propias del sexo podemos concentrarnos para que en las próximas generaciones se acorte la brecha entre hombres y mujeres. Las diferencias nos están matando!!

La furia es justa (y roja)

Esta sección va para aquellas o aquellos que dicen mirar la vida desde una hamaca paraguaya -tranca-, para esa extraña banda de potus a los que no se le mueve un pelo, que ni se inmutan, que nunca se exaltan, que nunca pegan un grito. Acá venimos a defender al enojo, a esa furia justa que cuando sale de nuestra boca deja de ser mediocre porque ¿Cómo me voy a tener que callar ante esta injusticia? Ojo, esto no significa que defendemos a aquellos buscapleitos que van por la vida a los cachetazos. Para nada: simplemente venimos a reivindicar al pobre enojo que goza de mala prensa.
¿Qué es lo que está pasando? Hoy cualquier justo cacareo frente al kiosquero que te dice “no hay monedas nena” y pretende darte un vuelto importante en caramelos cristal de menta –horribles- te convierte automáticamente en una “desubicada”. O lo que es peor: UNA HISTÉRICA! Como si mirás mal al tipo que te apoya alevosamente en el bondi, o si te enojás con la vendedora del negocio donde tu prima lejana de Hurlingham te compró un suéter inmundo y vos te vas hasta allá para cambiarlo y la tipa te dice: “No hacemos cambios los sábados”. ¿Y a mí qué me importa? ¿Quién puso las reglas de lo que debo hacer y decir?. ¿De dónde sacaron esta tontería según la cual, para ser “ubicada”, una debe permanecer calladita, quieta e impasible como un maniquí?. Un total absurdo.
¿Qué peor que no recibir apoyo en ese momento? Un novio valiente pero sumamente mal tipo te puede enfrentar en ese momento e intentar callarte. Hijo de pu...seguro hasta se avergüenza de esa abogada que llevás dentro!
La furia, cuando es justa, se convierte en un derecho. El enojo que tiñe los cachetes de bermellón, aflauta la voz y te encrespa el pelo hasta casi parecer el pibe Valderrama no es otra cosa que la reacción que genera cada inmerecido pisotón a nuestro ego.
La idea es que no nos agarre la chiripiorca tan fácilmente y que podamos tener una actitud equilibrada ante las cosas. Pero siempre hay un momento adecuado para enrojecerse a tiempo, pegar un par de gritos y volver al mundo a su justo orden.
Pensemos: de no haber sido por estas almas aguerridas, sin esos rebeldes con causa se enfrentan a las injusticias y piden –a gritos, desde luego- un cambio en el estado de las cosas no hubiera terminado la esclavitud, las mujeres seguiríamos sin votar y tantas cosas más.

TIPOS DE BORRACHERAS

Existen varios tipos de borracheras y, gracias a un extensísimo trabajo de campo, pudimos identificar las siguientes:




Pedo Siestero: Al borracho le pinta la fisura y se duerme. Tiene dos posiciones básicas:
1- Sentado, con los brazos cruzados sobre la mesa, y la cabeza arriba de estos.
2- Sentado, sin mesa, inclinado hacia adelante con los codos sobre las rodillas y las manos sosteniendo la cabeza, mirando el piso entre sus pies.
Este pedo es peligroso para el borracho, ya que es posible que los que estan con el se aprovechen de su estado para hacerle cosas no muy amigables, como sacarle fotos escraches, pintarlo, etc. Obviamente, el no recordará nada, o casi nada, de lo que haya ocurrido.


Pedo Contento: El borracho será la persona mas feliz que conozcas, al menos mientras dure la borrachera. Se potencia la capacidad de contar chistes, desaparece totalmente la timidez. Este es el pedo que uno intenta tener comunmente. Una ventaja interesante es que uno puede caerle simpático a alguna/o chica/o y conseguir algo.


Pedo Malo: El borracho está enojado con todo y con todos, nadie se salva. Suele darse luego de un mal día.. Es uno de los peores pedos, junto con el siestero. Hay que tener cuidado, ya que el pedo no nos da superpoderes y es muy común que se piense lo contrario y así terminamos en el medio de una típica pelea corte policías en acción.


Pedo Cargoso: Este pedo es el peor pero para los demás! El borracho molesto como el solo se encargara de joder a toda persona que se le acerque.


Pedo Filosófico: El borracho sabe todo. Es un genio, conoce todos los secretos del universo, el sentido de la vida, y cualquier cosa que se le pregunte. Obviamente, jamás admitirá que está equivocado, aunque se lo prueben. También lo podemos llamar Pedo Porfiado. Es un momento especial para escribir cosas, o grabarlas, porque luego uno puede entretenerse mucho mientras las lee/escucha.


Pedo Melancólico: también llamado Pedo Triste. El borracho recordará su infancia, a sus amigos que hace mil años que no ve, el día anterior, o cualquier situación que pueda ponerlo triste, o hacerlo llorar. Si este pedo es compartido, se potencia.


El Pedo Enamorado: También conocido como Pedo Encarador. El borracho encarará a todas las chicas que tenga cerca, empezando por la que considere mas linda, y luego irá “bajando el nivel” a medida que la noche avance. No sabemos como pero siempre consigue al menos un teléfono y roba al menos un beso.


El Pedazo de Pedo: O simplemente EL PEDO. El peor pedo que existe, que no se disfruta para nada. El borracho vomitará todo, hasta lo que no tiene adentro. Obviamente no podrá mantenerse parado, tal vez ni siquiera sentado.