viernes, 18 de julio de 2008

AMIGOS "BOMBÓN"



Amigos-bombón son la clase de hombre con la que a todas (menos a vos) le encantaría estar. Pero... ¿Qué te detiene?


Nada malo se puede decir de ellos, si son divinos!. Compinches, amorosos, solidarios, hasta a veces divertidos…. Sobre todo si sos de familia llena de mujeres. Ellos son lo más parecido a ese hermano que te falto. Van a estar a tu lado en tus mejores días y también en tus peores, y hasta quizá (sin que ninguno de los dos lo sepa) el tipo esté enamorado de vos.


El punto es que con los “amigos- bombón” (entendiendo por esto a esa clase de encantadores sujetos a los que no tocaríamos ni con un puntero láser) tanta “divinura” junta no alcanza para que pase nada más que eso que ya pasa: una linda amistad. Porque, entre nos, el pobre no te gusta ni un poco. O, si te gusta algo, nunca es lo suficiente como para despertar a tu bestia interior y moverte a saltarle encima y bue... ya sabes!


No, los amigos bombón dan para otra clase de planes, y todos siempre hiper amistosos, a saber: ir a tomar un café cuando estás deprimida porque otro te dejó, ir acompañada a ese recital a donde no te animabas a ir sola, y todo así. Son como comodines con pantalones, una especie de Ken de carne y hueso listo para escoltarte a donde sea y hacer que la soledad se sienta un poco menos. El problema es que (vos sabes, él sabe, no así todos los demás) la cosa entre ustedes dos no pasa ni pasará nunca de ahí. ¿Y por qué? porque el tan crucial “factor piel” simplemente no sucede ante un hombre peluche como éste.


Es adorable, abrazable, todo lo que quieras. Pero, te guste o no, es al mercado masculino lo que el caniche toy al mundo de las mascotas: todo el mundo quiere uno… pero no para ponerse de novio. Ante un amigo así, a una le suele invadir una extraña generosidad. Se lo quiere presentar a las amigas solteras, a las primas deprimidas y hasta a las tías más o menos jóvenes y aún en edad “de merecer”. Pero nunca, ni de casualidad, se le ocurre siquiera reconsiderar la idea de guardarlo para consumo personal.


Algo de lo angelical en su persona nos quita el apetito, y a la vez nos enfurece. No podemos entender cómo fue que la Madre Natura, supuestamente tan sabia ella, fue capaz de envasar un corazón tan noble y tan compañero en un packaging que no nos mueve ni un pelo. Pero, ¿quién dijo que la vida es justa? En lo que a amores se refiere, al menos, todo es capricho, arbitrariedad e injusticia.


Tenemos que decir que muchos de los varones más “forritos” que conocemos portan un estuche de esos que te dejan con la boca abierta. Según los hombres, a ellos les pasa igual: se enamoran de bellas malditas que les hacen pelota el corazón. Saber esto tal vez sea la mejor manera de no caer en el espejismo del amigo bombón y no engancharnos con esos tipos que son divinos, sí! pero para otra!!

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